Para orientarnos y encontrar una nueva forma de estar en el mundo, cuando la forma actual nos está costando la salud o el sentido de coherencia interna... cuando las circunstancias nos impiden seguir como antes... o cuando aun no hemos encontrado el sentido que queremos dar a nuestra vida.
El ritmo frenético de la vida moderna, la interacción continuada con máquinas y/o substancias nocivas para la salud en la vida laboral o la simple idea de emplear la fuerza de trabajo en proyectos que refuerzan un modelo económico injusto e insostenible impulsan a cada vez más personas a plantearse un cambio en su modo de ganarse la vida. Otros se ven obligados por despidos, quiebras o porque su propio cuerpo se niega a continuar como antes y enferma.
El punto de partido para el cambio tiene que ser el lugar en el que uno se encuentra. O sea es importante tomar conciencia de la forma del cuerpo en relación con su entorno. Los participantes en el taller exploran sus patrones a través de los movimientos cotidianos de respirar, estar tumbado, estar sentado, estar de pie, caminar y comunicarse, individualmente, en secuencias guiadas y en exploraciones en parejas, en grupos pequeños y en el grupo completo. La parte teórica del taller proporciona la información necesaria para comprender cómo se generan los patrones de tensión habitual que mantienen la forma y cómo se manifiestan en la relación entre el cuerpo y el campo gravitatorio de la Tierra.
Según cómo ocupas el espacio con tu cuerpo y en qué relación te mantienes con las coordenadas del campo gravitatorio de la Tierra, te abastece con una energía que te confiere una sensación de elevación y facilidad en el movimiento, una sensación de vivir y moverte al unísono con una fuerza mayor. De este modo puedes descubrir facultades que no sabías que tenías y desarrollarlas. Literalmente estás arraigado en la Tierra y puedes sentir que formas parte del engranaje del conjunto de la vida. En tu interior descubres la brújula que te enseña el camino a seguir. Un mal alineamiento conlleva la sensación de topar continuamente con obstáculos insuperables y de enfrentarte de forma constante con adversarios más fuertes que tú. Produce malestar y, a la larga, disfunción y enfermedad.
La tensión que se genera cuando vives en conflicto con la gravedad atrapa el flujo de sensaciones en patrones repetitivos que impiden percibir con claridad lo que está pasando de verdad. Entonces, los tejidos que componen el cuerpo quedan embebidos de contenidos emocionales irresueltos del pasado que permanecen guardados justo por debajo del umbral de la conciencia. Desde allí informan la visión de ti mismo, de la vida y del mundo y te mantienen anclado en la clase de relación con el entorno que quieres cambiar. Pero si los reconoces como lo que son puedes orientarte y descubrir cómo posicionarte al respecto para que te permitan aprender tanto de lo que funciona bien como de lo que causa malestar.
El formato del taller proporciona experiencias y conocimientos que aportan un valor adicional para profesionales de la salud física y psíquica, de la educación, del arte, del mundo de la empresa, del deporte y muchos otros, pero no requiere una formación previa. Un requisito indispensable es la voluntad de desarrollar cierto nivel de sensibilidad que permite percibir sensaciones en el cuerpo, sean placenteras o dolorosas, y aprender a gestionarlas para poder atender, de un modo eficaz, a las partes de la propia persona atrapadas en el conflicto con los campos de fuerza mayor del mundo. El taller proporcionará las herramientas para desarrollar esta sensibilidad, aunque la persona haya invertido mucha energía en insensibilizarse y no sepa cómo percibir su cuerpo.
Imparte: Brigitte Hansmann