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Reconocer las huellas de la memoria histórica en el propio cuerpo

Los traumas colectivos afectan cuerpo y psique, incluso en la segunda y tercera generación. Dolores crónicos y conductas (auto-) destructivas, entre muchos otros síntomas, son algunas de las formas en las que se manifiestan en nuestra vida. Si el equilibrio interno no se restaura después de una experiencia traumática, el organismo retiene la carga energética y química con gran esfuerzo para no perder "el control". Este esfuerzo aumenta el grado de tensión involuntaria de los músculos y tejidos conjuntivos de forma progresiva.  El esfuerzo por olvidar lo que pasó y seguir adelante ancla la experiencia y lo que hicimos para protegernos contra el impacto traumático aún más en el cuerpo. Los hijos lo sienten y responden a ello, aun sin saber ni poder nombrar qué es a lo que responden. Lo mismo sucede con los hijos de los hijos...

Foto © 2005 Olof von Randow

Exploramos las sensaciones del cuerpo en el momento presente en el contexto de la memoria histórica de nuestro país y nuestra familia para poder dejar la carga emocional con quienes pertenece y ocuparnos de lo que realmente está a nuestro alcance a fin de crear paz, al menos en la parte del mundo que ocupamos con nuestro cuerpo.

Los participantes en el taller exploran sus patrones a través de los movimientos cotidianos de respirar, estar tumbado, estar sentado, estar de pie, caminar y comunicarse, individualmente, en secuencias guiadas y en exploraciones en parejas, en grupos pequeños y en el grupo completo. La parte teórica del taller proporciona la información necesaria para comprender los mecanismos del trauma y los patrones que se generan a su alrededor y para descubrir cómo se manifiestan en la relación entre el cuerpo y el campo gravitatorio de la Tierra.

Según cómo ocupas el espacio con tu cuerpo y en qué relación te mantienes con las coordenadas del campo gravitatorio de la Tierra, te abastece con una energía que te confiere una sensación de elevación y facilidad en el movimiento, una sensación de vivir y moverte al unísono con una fuerza mayor. De esta forma dispones de energía y apoyo que te permite afrontar hasta los registros más dolorosos. Un mal alineamiento produce malestar y, a la larga, disfunción y enfermedad.

La tensión que se genera cuando vives en conflicto con la gravedad atrapa el flujo de sensaciones en patrones repetitivos que impiden percibir con claridad lo que está pasando de verdad. Entonces, los tejidos que componen el cuerpo quedan embebidos de contenidos emocionales irresueltos del pasado que permanecen guardados justo por debajo del umbral de la conciencia desde donde informan la visión de uno mismo, de la vida y del mundo. Así el trauma se reitera en una forma u otra.

La psique parece guardar estos contenidos hasta que tengamos la madurez suficiente, o la distancia suficiente, para poder atenderlos en vez de repetirlos. Incluso los transmite de generación en generación. De este modo hijos y nietos pueden atender en su cuerpo y psique, las huellas que los traumas de sus padres y abuelos dejaron allí, porque carecían de las oportunidades de restaurar el equilibrio interno que hoy tenemos. Al tener en cuenta el origen del trauma, empieza a ser factible dejarlo donde pertenece y reorientar la propia conducta y actitud frente a la vida y al colectivo de un modo más coherente con los requisitos del momento presente. Abordando los traumas colectivos de guerras, regímenes totalitarios, terrorismo, explotación y abusos a través de sus manifestaciones en la vida individual de cada persona contribuimos a un cambio sostenible no sólo en la propia persona sino también en el colectivo y fomentamos una convivencia en paz. Cada persona cuenta.

Foto: © K. Weisser

Reflexiones sobre el tema en el blog "Un Respiro de Aire Fresco": ¿Cómo es que los seres humanos repetimos cosas que nos habíamos propuesto hacer totalmente diferente de cómo las hicieron nuestros antecesores?

El formato del taller proporciona experiencias y conocimientos que aportan un valor adicional para profesionales de la salud física y psíquica, de la educación, del arte, del mundo de la empresa, del deporte y muchos otros, pero no requiere una formación previa. Un requisito indispensable es la voluntad de desarrollar cierto nivel de sensibilidad que permite percibir sensaciones en el cuerpo, sean placenteras o dolorosas, y aprender a gestionarlas para poder atender, de un modo eficaz, a las partes de la propia persona atrapadas en el conflicto con los campos de fuerza mayor del mundo. El taller proporcionará las herramientas para desarrollar esta sensibilidad, aunque la persona haya invertido mucha energía en insensibilizarse y no sepa cómo percibir su cuerpo.

 

 

Reconocer las huellas de la memoria histórica en el propio cuerpo